viernes, 15 de octubre de 2010

El del semaforo.

El era un chico que nació sin padre y de pequeño perdió a su madre, por ende tuvo que sobrellevar una vida muy difícil. Remar solo contra la corriente.

Dormía sobre cartones en la vereda de una gran tienda. Comía de las migajas del perro de la dueña del boliche de la esquina.

Por cosas del destino trabajaba de limpiavidrios de autos en un semáforo de mi ciudad, las monedas que se ganaba, en algunas drogas, por completo se las gastaba.

Pero un día del duro invierno que “todos” pasamos aquí, amaneció y este chico no volvió a despertar, su cuerpo se notaba frio, según cuentan los vecinos, la policía se lo llevo.

Nunca más nadie supo de él, aunque por las noches al pasar por el semáforo aquel y a pesar de no estar acompañado por nadie, no se siente soledad, cruzando la calle de sobremanera silenciosa se oye una voz hablar y decir… “EL CIELO NO EXISTE”


 

1 comentario:

  1. Hace un par de semanas deje de escribir opinión, a veces por falta de tiempo y otras por falta de inspiración y ganas (lo principal). Ojala ese tiempo perdido de alguna manera pueda recuperarlo aunque a raíz de todo esto surgió en mi mente esto que hoy lo comparto. Espero los haga pensar y darse cuenta de muchas cosas. Abrazos!

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